El otro día leyendo el periódico un artículo me hizo reflexionar mucho sobre el marketing que hay tras la publicación de un libro y es que cuando compramos una novela casi siempre a sido recomendada por algún familiar, nos la han ofrecido constantemente en el círculo de lectores o no podemos dejar de encontrarnos carteles con su carátula. Es decir, al fin y al cabo la novela se vende gracias "al boca a oreja".
Una expresión que cuando leí el artículo de Maruja Torres me sorprendió mucho en el contexto en el que lo empleaba pero que en realidad tiene mucho que ver con la sociedad actual, no sólo con vender ejemplares de un determinado libro o no.
Sin ir muy lejos esto del "boca a oreja" es un tema muy común en la arquitectura y es que la sociedad no tiene una cultura arquitectónica objetiva sino que nos dejamos guiar por decisiones políticas que plantan un edificio “muy bonito” en el centro para darle más grandiosidad a la ciudad o anuncios publicitarios promocionando hoteles de arquitectura moderna… por todo esto a veces la prensa nos forma un concepto equivocado de un arquitecto o de un ingeniero.
Este tema toca muy de cerca de Santiago Calatrava, ya que sus obras han sido cuestionadas en multitud de ocasiones.
El viernes nombraron Doctor Honoris Causa en esta universidad. Este arquitecto e ingeniero de caminos con una gran trayectoria profesional reconocida a nivel mundial ha construido en un cuarto de siglo la mayor parte de sus obras. A veces no han sido de gran acierto pero lo que hay que admitir es que donde Calatrava pone una de sus obras todo su alrededor cobra mayor importancia y se revaloriza.
Desde mi punto de vista la trayectoria de este arquitecto e ingeniero debe tener una mención ya que cuanto menos sus estructuras me parecen impresionantes.
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